El Gobierno esquiva a los
mercados al inyectar deuda pública en Bankia
La ayuda no se paga en efectivo sino con títulos del
Estado
El BCE será el que acabe dando la liquidez
La estrategia intenta evitar un rescate europeo
Miguel
Jiménez Madrid 27 MAY 2012 – EL PAÍS
El Gobierno sacará una bala de la recámara para pagar el saneamiento del
sector financiero, empezando por el grupo de Bankia. El Ejecutivo planea
inyectar directamente deuda pública en el balance de Banco Financiero y de
Ahorros (BFA). Con ello, evita tener que colocar la deuda en los mercados para
lograr efectivo que inyectar en BFA. La capacidad de endeudarse por esta vía es
mucho mayor y puede evitar tener que recurrir a fondos europeos para
recapitalizar el sector. Pero esa estrategia de aumentar la deuda por la puerta
de atrás entraña grandes riesgos, según los expertos.
Hasta ahora, para financiar los rescates de entidades,
el Estado —o el Fondo de Reestructuración Ordenada
Bancaria (FROB)— colocaba deuda en los mercados entre inversores. A
continuación, usaba el efectivo que recibía para inyectar en los bancos. Pero
con la prima de riesgo disparada a sus niveles más altos desde que existe el
euro, captar dinero en el mercado es difícil y caro. Así que el Gobierno ha
decidido saltarse los mercados.
El Gobierno viene pensando en esa estrategia desde
hace semanas. En el decreto de la segunda reforma financiera de este año, el
Gobierno modificó un artículo de la ley del FROB para poder usar la inyección
directa de deuda no solo en entidades individuales, sino también para apoyar
fusiones.
Pero ha sido el rescate de Bankia el que ha
precipitado los planes. Sus necesidades son de 19.000 millones adicionales y el FROB solo cuenta con 5.400 millones
de liquidez, de los que tiene comprometidos 1.000 millones para el Banco de
Valencia. Así que, en lugar de pagar el rescate en efectivo, suscribirá las
nuevas acciones de BFA entregando a cambio títulos de deuda emitidos por el
Tesoro o por el propio FROB.
BFA se encontrará en su activo con miles de millones
de nuevos títulos de deuda pública. Para convertirlos en liquidez puede usarlos
como garantía en operaciones interbancarias, directamente acudir con ellos al
Banco Central Europeo para lograr efectivo o, en el peor de los casos,
venderlos en el mercado. De modo indirecto, el Gobierno endosa al BCE la
financiación del rescate de Bankia.
El Gobierno no tiene máquina de fabricar dinero, pero
sí de fabricar deuda. Y con este mecanismo no necesita siquiera que los
inversores se la compren. La gran ventaja es que la disponibilidad de fondos
con este método son enormes. En caso de necesitarlo, el Estado puede aumentar
deuda pública por esta vía por 50.000 o 60.000 millones (5 o 6 puntos del PIB),
cifras en que algunos analistas sitúan las necesidades de recapitalización del
sector financiero español, sin pasar por el mercado y sin llevar la ratio de
deuda pública sobre PIB a niveles superiores a países de nuestro entorno como Francia
o Italia. En ese sentido, se convierte en una alternativa al rescate del sector
financiero con fondos europeos.
Pero no todo son ventajas. Para empezar, el incremento
de la deuda pública se produce. Además, este aumento de la deuda por la puerta
de atrás puede provocar recelos en los inversores, penalizar la deuda en
circulación y dificultar la financiación del Tesoro. Los expertos consultados
creen que ese tipo de soluciones heterodoxas pueden provocar desconfianza en
España, en especial por el círculo vicioso entre riesgo bancario y riesgo
soberano que perciben los inversores.
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